Entendiendo la importancia de los métodos físicos en el tratamiento de aguas residuales
En la lucha por mantener nuestras aguas limpias y seguras, el tratamiento físico de las aguas residuales juega un papel crucial. Este es el primer paso en el tratamiento de aguas residuales, y su principal función es la eliminación de sólidos y materiales suspendidos. Aquí explicamos cómo funciona una planta de tratamiento físico:
- Cribado: Al llegar a la planta, las aguas residuales pasan por una serie de rejillas que retienen los sólidos más grandes. Los residuos recogidos se eliminan de manera segura.
- Sedimentación: Las aguas residuales entran en un tanque de sedimentación donde los sólidos suspendidos se asientan por gravedad. El lodo que se acumula en el fondo se retira y se envía para su tratamiento adicional.
- Flotación: Este proceso se utiliza para eliminar los sólidos suspendidos que no se asientan fácilmente. Se introducen pequeñas burbujas de aire que se adhieren a los sólidos, lo que hace que floten a la superficie donde pueden ser eliminados.
- Filtración: El agua se fuerza a pasar a través de un medio filtrante (como arena o tela) para eliminar las partículas más pequeñas que no fueron eliminadas durante la sedimentación.
Aunque el tratamiento físico puede eliminar una gran cantidad de sólidos y materiales, generalmente no es suficiente para eliminar todos los contaminantes. Por eso, suele utilizarse en combinación con procesos de tratamiento biológico y/o químico para un tratamiento más completo de las aguas residuales.
En la Comisión Estatal del Agua y Saneamiento (CEAS), nos comprometemos a mantener las mejores prácticas en el tratamiento de nuestras aguas residuales. Seguiremos informándoles sobre los distintos procesos y técnicas que utilizamos para este fin.
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